Un encuentro hecho por medida de lo necesario


Cuando me invitaron a asistir, en Madrid, al II Encuentro Internacional de Políticos Católicos, pensé que sería bueno. Pero nunca pensé que sería tan bueno. A lo largo de mi vida política, he participado en algunas iniciativas, a nivel nacional y una vez a nivel internacional, con este marco: parlamentarios o personas con algún tipo de acción política que se reúnen para discutir temas políticos y sociales actuales a la luz del cristianismo. Pero nunca antes había estado en una reunión como esta.

Este encuentro parte principalmente de experiencias latinoamericanas y extiende su alcance a las Américas y Europa. Tenía como lema "Una cultura de encuentro en la vida política para el servicio de nuestros pueblos". ¿Y cómo fue la reunión?  Exactamente esto: un encuentro humano para el servicio de nuestros pueblos a través de la cultura del encuentro y sus efectos. En otras palabras, por primera vez me sucedió que el lema de una reunión no era sólo un lema de reflexión, sino que era la acción misma de la reunión.

Durante dos días, estuvimos allí antiguos y actuales diputados, estatales o provinciales, nacionales o internacionales, senadores, ministros y otros gobernantes, Presidentes de la República y candidatos presidenciales, fiscales generales, concejales y alcaldes, líderes de organismos internacionales, embajadores y otros diplomáticos, pensadores y maestros, líderes de institutos de formación política,  y un talentoso cantautor, para escuchar y hablar sobre nuestras experiencias, inquietudes y propuestas. 

Además de la riqueza de los participantes y sus muy variadas experiencias, ¿qué hizo diferente este encuentro? No eran del mismo partido, ni siquiera eran de los mismos sectores políticos, sino de diferentes partidos, de izquierda, de centro o de derecha, de diferentes familias políticas internacionales, de diferentes sectores. Y no había el más mínimo propósito de que pasasen a pertenecer a un mismo partido o de crear un nuevo partido. La única idea es que, siendo católicos en distintos partidos y áreas políticas, empecemos por la aceptación y la comprensión de esta realidad para que seamos todos, cada uno desde su lugar, agentes de la cultura del diálogo, de la cultura del encuentro en la política.

Lo que hemos visto allí es que es más fácil y más accesible de lo que a menudo tememos. Se hizo casi al instante. La mayoría de los que estaban allí no se conocían, nunca se habían visto; en el segundo día, estábamos interactuando como si hubiéramos sido amigos durante muchos años. 

¿Qué hay para nosotros? Primero, la paz, que no es nada poco. Solo la cultura del encuentro permite eliminar los ambientes políticos crispados y la confrontación dura, que hacen inmenso daño a la democracia y al bienestar de la gente. La violencia verbal no es necesaria. No tienes que gritar para discutir, no tienes que confrontarte personalmente para debatir. En segundo lugar, permite a las sociedades avanzar, porque hay muchos acuerdos concretos posibles en beneficio de las personas más allá de las fronteras de los partidos. La democracia no es antagonismo obligatorio y sistemático.

Esto es lo que pusimos a prueba, bajo el magisterio de cardenal Carlos Osoro, anfitrión del encuentro, que nos animó a "un diálogo fraterno que nos ayude a respetarnos y a construir un futuro mejor", y de cardenal Pietro Parolín, secretario de Estado del Vaticano, que marcó la agenda general: "La acción política debe poner a la persona en el centro". Punto. 

En estos tres días, lo que se ha puesto a prueba... ha sido probado. Sin duda: el encuentro es posible, el encuentro es necesario, el encuentro es fácil, el encuentro es fructífero. 

Nos fuimos con tres ideas: construir puentes, no se olviden de los pobres, promover el diálogo social. Será magnífico si cada uno de nosotros puede ponerlo en práctica. También hablamos de ello: en política no basta hablar; es necesario actuar. Y, como creemos, con la persona concreta siempre en el centro de nuestra idea y de nuestro corazón.


José Ribeiro e Castro
Ex-líder do CDS, advogado

ALTAVOZ (Perú), 7.Setembro.2021

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